06 enero 2007

 
Viaje a Frikilandia (o a Japón, que viene a ser lo mismo)
Pues sí, la verdad es que pocas veces en la vida se tiene la oportunidad de visitar países tan extraordinarios como Japón y me siento afortunado de haber estado. Además, a dios pongo por testigo (!!) que volveré! Cabe decir que mi interes por Japón no iba más lejos de su idioma y su historia. Sentía como que millones de personas disfrutarían mucho más el viaje que no yo, sobretodo cierta persona que sé que hubiese dado "casi todo" por poder visitar el país del sol naciente. La verdad es que le he sacado provecho al viaje, como Elia y Raúl, que también se han quedado con ganas de volver (¿qué leches tendrá este país que todo dios que lo visita quiere volver? ¿Será la amabilidad de sus gentes, su cultura milenaria, su tecnología, su contínua transformación? No sé, pero Japón es uno de esos países que tiene ese "algo" difícil de explicar que hace que automáticamente te sientas cómodo en un lugar aparentemente tan ajeno). Cabe decir que empecé a interesarme por el "mundillo" de Asia (permitidme esta expresión) a través del estudio del idioma japonés, que significó un reto para mí, después de iniciarme en húngaro o euskera (bueno, los que me conocéis ya sabéis lo raro que soy en cuestiones idiomáticas). Y claro, después de estudiar 2 años un idioma, te planteas pues viajar al lugar donde se habla este idioma y porfundizar en él (ya que el nivel con el que se sale al acabar Estudis de Àsia Oriental es mínimo). La dificultat en obtener una beca para Japón y la inexistencia de fondos en mi cuenta corriente hicieron que me resignara, y descubrí (vès per on) el coreano. Cuando lo escuché por primera vez me sonó a música (¿quizá porque era una canción?). Bueno, ese no es el tema. La idea es que al venir a Corea, Japón queda a un tiro de piedra, y decidimos con Elia y Raúl que era un lugar de visita obligada. Y, aprovechando que el Barça jugaba la Intercontinental en Tokyo...¿porqué no ir a ver jugar a nuestro equipo del alma aquí al lado?. La verdad es que me enteré demasiado tarde que el Barça jugaba en Japón (y mira que se sabía de hacía meses). Para cuando me enteré ya se había cerrado el plazo para comprar entradas por internet desde el estranjero y sólo podían ser adquiridas en Japón por japoneses. Bueno, aquí es cuando empieza la acción. Gracias a la ayuda inestimable de Yuta, vecino de la habitación de delante (lo tenéis en la foto de la derecha, enmedio), conseguimos comprar 3 entradas, haciéndome pasar por japonés, con el nombre de Gyu Edowado (algo así como "Vaca", de apellido, y "Puerta de la paz de Edo", de nombre). Coño, es que pedían un nombre en japonés, y era obligatorio escribirlo en Kanji (caracteres chinos). La cosa empieza a tambalearse. Después de partirnos la caja varias veces viendo que cada vez surgía mas problemas a la hora de rellenar los putos campos aparece un mensaje de "La Caixa" pidiendo el numerillo de la tarjeta de crédito para aceptar la transacción. Flipando. Aún no sé cómo leches compramos las entradas, pero lo conseguimos, habiéndose acabado el terminio para comprarlas desde el extranjero una semana antes, tal como he comentado antes). Después de apuntar contraseñas y números (porque las entradas las había comprado virtualmente, tenían que ser retiradas en un Family Mart 24 horas antes del partido-agárrate-bueno, luego os explico cómo fue) quedaba todavía pillar el avión y el albergue! Aunque lo más importante, que eran las entradas, ya estaba hecho, de nada servía si no encontrábamos sitio en el avión o en el albergue. Pues na, "agarro" a mi compi Tenny y empieza a trastear webs de vuelos baratos, resultando no haber ni un puto sitio disponible para los días deseados (oséase del 16 al 22 de diciembre). De bollo (cómo no) encuentra un vuelo en el que quedan ¡4 asientos! en clase "bisne". Es igual. Ya tenemos las entradas, no podíamos quedarnos sin volar y pillamos raudos y veloces 3 asientos. Me sabe mal por Elia y Raúl, ya que tuve que meterles prisa en todo, ya que no disponíamos de mucho tiempo para decidir vuelo y albergue (debido a la proximidad, nada más que 15 días, de la fecha del partido). Después de pagar el vuelo (unos 350 euros, no muy barato, pero no nos quedaba más remedio) el albergue parecía estar chupado. Nada más lejos de la realidad. Es muy difícil quedarse una habitación para 3 personas durante 6 días, porque siempre hay el típico perro que te la reserva un día y te jode. Después de varias combinaciones y llamadas a Pusan, dando la vara al pobre Raúl, encontramos un buen albergue en Asakusa, por 20 euros la noche. No muy barato, pero era habitación de 4 (al pillarlo los 3 durante 6 días dudamos que cualquier persona pillara la cama que quedaba libre, y, efectivamente, así fue). Ya podíamos respirar. Estaba todo atado y bien atado. Aún no sabía cómo lo habíamos hecho, pero ya estaba. Ya ves que peso de encima te quitas. Bueno, creo que me estoy enrollando mucho en la introducción. Pasaré al grano ya explicando el viaje. Salimos el dia 16 de la Residencia a las 3 de la mañana (Raúl se había quedado a dormir aquí, en jeonju) via Aeropuerto de Incheon, ya que nuestro vuelo dirección Tokyo salía a las 9 de la mañana. Después de 4 largas horas de bus (sobando) llegamos al aeropuerto (el gran Yuta nos acompañaba, ya que se venía a Japón a pasar las fiestas, aunque pillaba otro avión hasta Sendai) donde nos fue imposible conciliar el sueño. Cuando queda poco para embarcar nos enteramos que hay que pasar por inmigración. Empiezan los problemas: hemos de pagar 30 mil wones para que nos permitan la reentrada a Corea y hay que hacer una cola del mil. A falta de 15 minutos para salir el vuelo decidimos colarnos y la chica del mostrador nos pregunta: ¿porqué no habéis venido antes? -Coño!, si lo hubiésemos sabido! Después de cagarnos en todo y correr arrastrando la lengua conseguimos embarcar. Hemos llegado por poco. Y eso que a las 7 de la mañana ya estábamos en el aeropuerto. Cawenlamar. Bueno, el avión, qué puedo deciros del avión. La leche, brutal, espectacular. Pensábamos que era porque estábamos en clase Bussiness pero no, todos los asientos disponían de su pantallita de tele y todas las comodidades. Aunque la nuestra era ergonómica y podías jugar, ver pelis y hacía masajes (bueno, casi :P). Otra cosa curiosa es la presencia de "after shave" y lociones varias en el lavabo del avión, que parecía más un salón de belleza que nada. Otra anécdota es mi uso del coreano a la hora de dirigirme a las azafatas japonesas (al no disponer de foto "in situ", he pensado que la de la derecha puede reflejar la estupidez de la situación. Obsérvese la sonrisa obligada de la azafata ante la pregunta del pesao este de gafas). No era nada personal, me salía así... La verdad es que me costó varios días adaptarme al japo, y al volver a Corea lo mismo para dejar de decir a los coreanos "hai" o "dômo arigatô". Sip, para mí es un poco lioso, pero es divertido, porque te miran un poco raro: "-Mira el guiri este, hablandome en coreano en Japón", pensarían algunos. Otra de las pijadas japonesas es la presencia de una gran pantalla que al llegar al destino muestra las imágenes captadas por una cámara situada en la parte inferior del avión. La ostia en vinagre. Puedes ver todo el paisaje de debajo tuyo y no perder detalle del aterrizaje. Pues nada, ya estábamos en Japón, después de 2 horillas y algo de viaje. Ah, por cierto, eso de que a los japoneses no se les da muy bien el inglés es una pura verdad. Os recomiendo encarecidamente que si visitais Japón sepais un poco de japonés o vayais acompañados de alguien que sepa algo, porque el simple hecho de salir de una estación de metro resulta a veces tan chungo que es necesario preguntar por ahi, y no precisamente en inglés. Bueno, la foto de la izquierda muestra un poco lo que voy diciendo. Lo más curioso del tema es que este cartelillo nos remitía a hacer cola para la revisión de pasaportes, y el japonés que controlaba, al ver nuestros pasaportes se nos puso a hablar en español. Y no es eso que te sabes 4 palabras y las dices, sinó que el tío controlaba. No dispusimos mucho tiempo para conversar, ya que tuvimos que pasar el control de inmigración. La verdad es que sería en todo el viaje el único castellano que escucharíamos. Desegañáos, el japones de a pie no habla vuestro idioma. Es más, al ver vuestra cara os intenta evitar, pese a hablarle en japonés. Una vez que esta persona lleva 5 segundos debatiendo internamente que aquello que este guiri pesao está hablando es japonés éste intenta ayudar de la mejor manera posible, aunque, cómo no, respondiendo en japonés. Una vez roto el hielo todo resulta más facil, aunque el primer paso cuesta un poquillo. Ok! Estábamos en el aeropuerto de Narita, que está a tomar pol saco de Tokyo. Empiezan los problemas. Cómo leches llegamos? Se abre el cielo: al lado de una pantalla gigante con millones de líneas de metro, tren, carreteras y lucecitas que se encienden y se apagan, aparece un stand de información turística. La chica, muy maja, después de fliparse cuando se nos empiezan a escapar palabras en coreano, nos proporciona todo tipo de información para llegar a Tokyo. También aprovechamos para preguntarle sobre el albergue, que se encuentra en una dirección tan surreal como "4, 24, 4 Asakusa". Después de decirle el nombre del albergue nos saca propaganda del mismo con un magnífico mapa de cómo llegar! Nos ha salvado. Le agradecemos varias veces la ayuda, primero, cómo no, en coreano y, luego, en japonés. La tía nos despide pensando lo raros que son éstos, y nosotros nos vamos contentos hacia nuestro albergue. Después de pillar un par de trenes llegamos a la estación de Shibuya, donde hacemos transbordo a nuestra querida línea amarilla, la de Ginza, la que más utilizaremos en todo el viaje. Nos bajamos en la última estación, Asakusa, sin saber que la estación anterior, Tawaramachi, nos deja relativamente mucho más cerca del albergue. Todavía pienso cómo leches hubiésemos llegado sin ese mapa... me veo durmiendo debajo de un puente. Al salir del metro tenemos una grata visión de Tokyo: ambiente por la calle, olorcito de comida, casitas bajas, muchas tiendecitas con recuerdos, todo superlimpio. Muy buena impresión. Cargados hasta arriba fuimos atravesando lo que sería nuestro barrio los próximos 6 días: las calles animadas y cubiertas (recordándome automáticamente el centro de Sevilla, aunque aquí las calles se tapan en verano por el calor excesivo...), el templo de Senso a 2 pasos del albergue, el parque de atracciones y, finalmente, nuestro albergue, un edificio nuevo, pintado de rosa-violeta que parecía encajado de mala manera. Ah, antes de llegar al albergue teníamos que hacer parada imprescindible en un Family Mart para obtener nuestras entradas para el partido, ya que teníamos que sacarlas 24 horas antes del mismo (es por eso que llegamos el 16 de diciembre). La verdad es que no es difícil, tal como Yuta nos dijo, encontrar un Family Mart en Japón ("Famirimaato" pa los japos). Ahí dentro teníamos la máquina, estilo "Servicaixa", que iba a decidir si podíamos obtener o no las entradas. Yo disponía de mi ID y mi número secreto pero no sé hasta que punto sabría sacarlas... Suerte que Tenny me imprimió los pasos gráficos a seguir y la cuestión resultó ser un juego de niños. Después de obtener unos comprobantes (que pensábamos que eran ya las entradas) se nos ocurre preguntarle al tío de la tienda qué leches es esto. Después de pagar 100 yenes por la transacción, nos cambia los comprobantes por las entradas! Suerte que se nos ocurrió preguntarle algo al tío, que si no me veo delante del campo de futbol mostrando esos papeles mientras los de la taquilla se rien de nosotros. Ya tenemos las entradas!! Uee!! Realmente nos quitamos un peso de encima. Parece que vamos a ser de los pocos privilegiados que van a asistir a una final de la Copa Intercontinental en la que el equipo de nuestra ciudad está presente (bueno, lástima del resultado :( ) La cosa parecía que iba saliendo. Después de dar vueltas por la zona topamos por casualidad con nuestro hostal, realmente fácil de ver por su fachada color "petitsuís". Después de intercambiar varias palabras con la chica del albergue (en coreano, por supuesto), muy maja ella, nos dispusimos a relajarnos en nuestra habitación. La verdad es que tuvimos mucha suerte a la hora de escoger el hostal, pese a tener poco tiempo para decidirnos. Por 20 euros la noche nos correspondía una habitación amplia con 4 camas (2 literas), mantas, calefacción, y la satisfacción que no había ni dios en nuestro piso, donde campábamos a nuestras anchas. Aquí en la foto nos podéis ver ya en la habitación calentando motores para el partido de mañana, con el parque de atracciones detrás. La tarde fue light. Estábamos muy cansados del largo viaje desde Jeonju (Raúl venía desde Pusan, sumadle 4 horas más en bus) y nos limitamos a dar un garbeo alrededor del albergue, tanteando en terreno y programando lo que íbamos a hacer estos días. Pese a haber muchos lugares para comer, nos costó decidirnos por uno (igual que al llegar a Jeonju por primera vez. Ahora pienso: -Joer, si no hay otra cosa que restaurantes y mas restaurantes por aquí). Entramos en uno sencillo de Donkasu (carne de cerdo rebozada, que tanto se come en Corea, siendo originaria de Japón) y nos sentamos tan contentos, hasta que pasados unos minutos entendimos que debíamos de hacer nuestro pedido a una máquina (al estilo Bar de Lletres de la Universitat Autònoma). Después de luchar varios rounds con la máquina logramos sacar algo parecido a lo que queríamos pedir, entregando los tickets a la "Ajuma" :P del bar. Na, en la foto de la iquierda puede verse lo que pedimos. Estaba bueno que te cagas. Un bol con Donkasu, huevo frito y arroz, otro con una sopita de miso, otro de arroz y una ensalada de patata. Todo por unos 500 yenes (unos 3 euros serían más o menos, ¿no?). Entre estos menús y algún McDonalds o Quentaquis Fraitxiquen que otro íbamos sobreviviendo. Ah, el agua, como en Corea, es gratuita también.
P Yokohama: el día esperado ha llegado El despertador suena a las 7 de la mañana. Sí, estamos en Japón. Yo todavía no me lo creo. Después de varios toques de corneta estamos ya duchados y preparados para el gran día (el día en el que el Barça iba a hacer historia, nada más lejos de la realidad: un día que no será recordado. Sólo por los pocos que tuvimos la posibilidad de ver al Barça en Japón y continuar visitando este magnífico país). ¿Qué porqué nos levantábamos tan pronto si el partido era a las 7 de la tarde? Por poco tiempo de que se disponga hay que hacer una visita obligada por Yokohama. No hay que perderse para nada la segunda ciudad más grande del país, con la Torre Landmark, el edificio más alto de Japón con sus 296 metros (imprescindible subir al mirador del piso 69) o su precioso barrio chino. Ahora os contaré con detalles las visitas. La verdad es que tuvimos una suerte inmensa que el partido se celebrara en Yokohama y no, por ejemplo, en Sapporo (que ya podía ser). Yokohama se encuentra a un tiro de piedra de Tokyo (bueno, has de tener bastante fuerza en el brazo para alcanzarla, pero está relativamente cerca). En 1 horilla, después de varios cambios de metro (si, llega el metro) se puede uno plantar en el centro de la ciudad (aunque todavía no sé cómo llegamos...). Después de bajarnos en la estación Motomachi-Chukagai dimos un paseo por el Parque Yamashita y el puerto, donde se encuentra el transatlántico Hikawa Maru, que navegó entre Yokohama y Seattle entre 1930 y 1960. En la foto de más a la izquierda tenemos a la sonriente Elia posando frente a la fuente del parque Yamashita con el Hikawa Maru de fondo. Después de respirar la brisa del Pacífico nos adentramos en el famoso Barrio Chino, a 10 minutillos a pata de donde estábamos. El Chukagai es el más grande de los escasos barrios chinos que hay en Japón. Tiene alrededor de 2.500 habitantes y se encuentra abarrotado de restaurantes, supermercados, ... vamos, que hay de todo. En la fotillo de la derecha podéis observar una de sus entradas. En el centro del barrio está el templo Kantei-byo, creado en 1887 en honor del antiguo héroe chino Kuan-yu, venerado como dios de la guerra, aunque hoy la gente lo visita para pedirle suerte por sus negocios... Aquí abajo tenéis algunas fotos de esta preciosidad de templo. En la de la izquierda tenemos a una japonesita mona haciendo cachondeo (muy típico) al ver a un grupo de guiris vestidos de blaugrana intentando hacer una buena foto del Templo. La verdad es que queda muy bien con la chiquita :) Luego tenemos abajo a Elia y Raúl posando al lado del incensario del templo, que no deja de emanar poderes curativos, aunque luego al llegar a casa te deja un pestufo en la ropa... Bueno, como dicen que cura, se pasa, que si no... :P En la foto que hay al lado queda ejemplificado el gentío y el trajín de las calles siempre animadas. Y, finalmente, en la foto de más abajo me tenéis posando con los dragones del templo. A diferencia de la concepción del dragón occidental, en la cultura china es un animal benévolo, símbolo de la protección divina, la vigilancia y la fuerza. También dice la tradición que trae buena fortuna... (Bueno, estaría contento si al menos nos devolviera la fortuna que hemos pagado para venir a verlo desde Corea). Con poco tiempo para entretenernos cogimos raudos y veloces el metro para dar un salto hacia la modernidad. Visitamos el barrio Minato-Mirai 21, una zona de mega-rascacielos brutales en los que la tortícolis es mal común entre sus paseantes. Minato-Mirai es una zona de muelles reurbanizada cuyo foco principal es la Torre Landmark. Construida en 1993 por Hugh Stubbins es actualmente el edificio más alto de todo Japón, con sus 296 metros. La entrada, que si no me equivoco vale unos 1000 yenes, te permite subir al piso 69, donde hay un observatorio ("Sky Garden") del tamaño de 5 pistas de tenis. Ah, que me olvido, se sube al piso 69 con el ascensor más rápido de Japón, 750 metros por minuto, en sólo 40 segundos. La leche, vamos. En el observatorio puedes disfrutar de la brutal vista de 360º, tomarte un café (sólo para multimillonarios) o comprar algún souvenir (esto también pa los ricos). En días despejados la vista alcanza unos 80 km, incluyendo los Montes Fuji ("Fujisan"). Os recomiendo ir de noche, flipas el doble. En las fotos de alrededor podéis ver la supernoria del parque de atracciones que hay al ladito de la Torre Landmark, la misma Torre (bien difícil de fotografiar toda ella) y la gran coincidencia del día: el autocar de los jugadores del Barça!, aunque sin ellos, ya que estaban entrenando. En ese momento el autocar estaba yendo al hotel a buscarlos para llevarlos ya al terreno de juego. Bueno, antes de disfrutar de la megavista desde el observatorio debíamos preparar nuestros estómagos para subir en el ascensor más rápido de Japón. Después de rezar varios avemarías y parafernalias de éstas y de estar constantemente tragando debido a la presión por subir a semejante velocidad, llegamos sanos y salvos al piso 69, donde nos esperaba Yokohama y medio Tokio en miniatura. En la foto de más a la derecha podéis ver la misma noria fotografiada antes, aunque un poquitín más pequeña. La verdad es que es difícil de explicar lo que se siente al tener la ciudad a tus pies, mezcla de dominio, ánsias imperialistas y cierto vértigo. También te flipas cuando, al mirar la línea del horizonte, no ves nunca acabar las casas. Todo está edificado. Un poco triste, la verdad. Antes os he comentado que es más chula la vista de noche. Si, lo es, pero os recomiendo que la disfrutéis desde el observatorio del edificio del Gobierno Provincial de Tokyo, ya que es gratis y puedes ir las veces que te plazca. Después de echar más o menos un millón y medio de fotos y unos cuantos gigas de vídeos :P bajamos volando en el ascensor (bueno, volando no, pues casi...) ya que íbamos justillos para ver el "apasionante" partido entre el América de México y un equipo de Egipto que ahora mismo ni me acuerdo del nombre :P (ah! empezaba por Al-, como todos, lo que no sé si era el Al-Ittihad, Al-Ilhal, Al-Kachofa, Al-Tramuz, algo asi ...) Antes de pillar el metro para el Estadio de Yokohama, pasamos por el otro metro, el Subway, a pillar unos bocatas pa cenar :P Pasamos por un "Famirimaato" para comprar un poco de Cava (ese Freixenet :P), para brindar si el Barça ganaba, pero el precio nos tiró atrás (era de esperar). Además, ni nos hubiesen dejado entrar al campo con la botella :P (además, cawenlamar, el Barça no ganó). No tuvimos muchas dificultades para acceder al estadio, ya que en el mismo metro ya podías encontrar japos frikis con todo tipo de atuendos blaugrana, camisetas, banderas, bufandas, etc... Al salir a la estación de Shin-Yokohama (donde se encuentra el estadio) en cada esquina encontrabas un tío de la organización señalándote el camino, o sea que tenías que tener el sentido de la orientación en el culo para perderte (aunque yo conozco algun@ que se perdería... :P). La verdad es que todo era una marea blaugrana. La mayoría de gente que asistía al encuentro eran japos, pero se les veía totalmente volcados en el equipo. Se me hace un poco raro. Me pregunto muchas veces si en vez de el Barça me molara el Yokohama Marinos, o el Ferencvárós... ¿lo seguiría con el mismo fervor que un japones o un húngaro? No sé... Bueeno, después de ser amablemente acompañados por una acomodadora japonesita muy mona, nos dispusimos a sentarnos. La zona no era muy buena. Como podéis ver en la foto de arriba, estábamos sentados detrás de la portería del Gol Norte, la que da a la Travessera de les Corts :P Estábamos supercerca del césped y hasta podíamos escuchar los insultos que se propinaban los jugadores :P Pero durante el partido no es que lo pasáramos muy bien... El Barça no jugó nada bien, y encima estábamos rodeados de japos, supermuermos, porque no animan ni nada... Y aún dicen que la afición del Barça es un poco fría. Teníamos los seguidores que habían venido especialmente de Barcelona al otro lado del córner, pero acceder a los diversos sectores del campo estaba prohibido, ya que en cada "boca" se encontraban 3 currantes controlando las entradas. Cada vez que salías a mear o a comprar algo debías de enseñar tu localidad. Nada, los 3 nos montamos nuestra fiesta. Cuando pueda colgaré algunos vídeos de nuestros cantos de ánimo al equipo :) Después de ver el megamuermo partido del 3º y 4º puesto, que ganaron los egipcios, si no me equivoco, venía la gran final, que, como creo que he comentado unas línias más arriba, no será recordada (que pena, pa una vez que vamos...). Nosotros sí la recordaremos, por la gran experiencia que supuso y que difícilmente se repetirá, ya que no somos millonarios para permitirnos un viaje semejante. En las fotillos de arriba podemos observar el "sector blaugrana català", formado por unos 400 seguidores "vinguts de la terra", y bueno, el resto también es sector blaugrana, aunque con los ojos rasgados. Después de la aburrida primera parte salimos a darnos un garbeíllo y a comprar algun souvenir por el campo, que estaba lleno de pequeñas tiendecillas con bufandas, camisetas y todo tipo de "mertxandaisinc". Después de adquirir unas cosillas, entre ellas una bufanda del Jeonbuk Motors, equipo de mi actual "casa", Jeonju que, en caso de haber ganado al América de México, se hubiese enfrentado al Barça. Lástima que sea tan paquetes. Pues eso, mientras estábamos dando una vuelta nos encontramos un señor tratando de adquirir una bufanda y haciendo coña con el japonés de la tienda medio en inglés medio en catalán. Después de llamarle la atención con un "Vigila que no t'enganyin!" nos pusimos a hablar. El señor, acompañado de su chica, se sorprendió al decirle que veníamos de Corea, donde estábamos estudiando, y nos echamos una foto juntos. Él venia todo ataviado con su Hachimaki. Bueno, para los que no sepáis lo que es, el Hachimaki es esa famosa cinta que los japoneses suelen llevar atada en la frente. Tradicionalmente, su función era la de proteger al individuo de los ataques de espíritus malignos. Luego sirvió para impedir que el sudor cayera en los ojos cuando se realizaba un trabajo o esfuerzo físico. Concretamente, el Hachimaki de nuestro amigo lleva escrita la palabra "victoria" (필승, "Pilseung"), de poca ayuda en el partido, aunque la voluntad ahí estaba. La foto de la derecha es de la entrega de trofeos y eso. Pues nada, después del partido nos tragamos más de 1 hora de viaje con el metro a tope, pero ya es costumbre. Nada más llegar al hostal caímos rendidos. Mañana nos esperaba la gran Tokyo!! Necesitábamos descansar.
P Tokyo: la aventura continúa
Decidimos empezar por el plato fuerte: Shinjuku y Shibuya. No por nada especial, sólo que los lunes pocas cosas hay abiertas, por eso decidimos posponer para el martes la visita a los jardines del Palacio Imperial y o la Dieta. Después de usar nuestra línea de Ginza, nos esperaban Shinjuku y Shibuya, los dos centros del oeste de Tokyo, donde todo va rápido (estilo Corea) y si te quedas parado te arrollan los que vienen detrás. Oleadas de personas esperan impacientes en los semáforos al cambio de éstos, cual toro tomando carrerilla a la espera de cornear el capote del torero, o cual atleta esperando el disparo para acometer los 100 metros lisos, ... Oche, que no exagero, eh? Bueno, os explico un poco de historia de esta zona oeste de Tokyo. Shinjuku es el centro comercial y administrativo más importante de la ciudad. En él se encuentra la estación de metro más ajetreada del mundo, con una media de 3 millones de usuarios ¡al dia! (joer, ara pienso cómo leches conseguimos salir de ahí...). También puede verse el edificio del Gobierno Metropolitano de Tokyo (都庁), en el que subir a su terraza es gratis!! Es en esta zona donde se acumulan los espectaculares rascacielos de la ciudad. Ah, os aviso que es difícil salir del barrio sin tortícolis, de tanto mirar p'arriba. Pues nada, después de salir de la estación de Shinjuku como pudimos, nos fuimos dejando llevar por la magnificencia de esos "monstruos" de acero, quizá esperando que viniera Godzilla y nos hiciese una demostración de su fuerza... Viendo que no llegaba, nos dispusimos a continuar nuestro camino buscando el edificio del Gobierno Provincial, donde sabíamos que se podía subir de forma gratuíta. Pensábamos que sería tarea fácil, ya que es uno de los edificios más altos de Tokyo. Lo que no contábamos es que al lado de él hay un huevo de edificios más del estilo, con lo que a duras penas pudimos encontrarlo. Finalmente, escondiéndose de esos 3 guiris gafotas, dimos con él. Aquí lo tenéis, arriba a la derecha, tan majestuoso él. Es un complejo de 2 torres y una plaza semicircular, en su interior, que queda unido por la cuadrícula que cubre su fachada, que mezcla tradición y modernidad. Recuerda a los circuitos eléctricos de un ordenador. Después de dar varias vueltas buscando la condenada puerta principal nos dieron en la entrada un mapilla para acceder a los ascensores para subir a los observadores. Como habían 2, subimos a los 2 :P El ascensor: espectacular, como el del edificio Landmark de Yokohama. En un plis te plantas arriba, en el piso 45, en este caso, que no es moco de pavo (como podéis ver en la foto, en Japón tampoco pierden el tiempo; se pasa del piso 2 al 45). Cuando llegas arriba esa sensación imperialista de tener el mundo a tus pies recorre las venas (uix, en que cosas más raras pienso...). La vista es brutal. Aquí si que hay más megaedificiacos que en Yokohama. Ya lo podéis ver en las fotos. En la de la izquierda puede observarse una zona inmensa llena de árboles: son los Jardines del Palacio Imperial, que nos esperaban mañana. Cómo no, tiendecita en el observatorio con souvenirs a rebosar y bar-restaurante ¡con piano!. No se podía casi ni mirar, de lo caro que era. Después de dar una vuelta topamos con un seguido de máquinas frikis expendedoras de objetos frikis, cómo no. Entre ellas, nos cayó una lagrimilla al ver la de Bola de Drac, y no dudamos un instante en sacar una monedilla de 100 yenes y echarla a la máquina, sin saber bien qué leches saldría de ella. Graaande, una colección de 4 megacromos plastificados (que luego nos enteramos que sirven para jugar en una maquinilla recreativa). Pues la verdad es que salimos del edificio bien contentos, con nuestros cromos, unas cuantas postales para enviar y una visión de ensueño de Tokyo. Sólo nos faltaba una cosa: llenar el estómago. Después de dar unas cuantas vueltas topamos con uno de los millones de restaurantes japoneses que funcionan con la maquinita para comprar el menú. Como ya teníamos calao el método a seguir en 5 minutos ya estábamos consumiendo nuestros "Udon", el más rico que nunca he comido (¿quizá porque sería japonés?). Apa! Pues con el estómago lleno nos dispusimos a continuar nuestro apasionante planning del día, abarrotado de cosas para visitar (pobres Elia y Raúl, les metí bastante caña...) Después de dejar Shinjuku (donde volveríamos 2 días después para ver Tokyo de noche desde el observatorio del edificio del Gobierno Provincial) nos acercamos al Santuario Meiji, a 2 paradillas de metro. El Meiji Jingu (明治神宮) es el santuario shintoísta más importante de Tokyo. Aquí abajo tenéis su impresonante puerta de entrada.
Construído en 1920, en él se encuentra enterrado Mutsuhito, el Emperador Meiji (sí, el de la voz "pillada" del Último Samurai :P). Como tantas otras preciosidades, fue destruído por los aliados durante la II Guerra Mundial. Reconstruído a partir de 1958, es el Santuario más visitado por los japoneses el dia de Año Nuevo. Como podéis observar en la foto de arriba, la entrada impresiona de lo grande que es. Tras seguir un buen rato el camino de gravilla, se llega al recinto del santuario. Por el camino nos encontramos dos coreanas haciéndose fotos, hecho que aproveché para dirigirme a ellas en coreano y poder observar la cara de sorpresa que ponían al escucharme. "Sí, somos de Barcelona, estamos estudiando en Corea y venimos de turismo a Japón", un poco complicadillo. La verdad es que nos hemos encontrado bastantes coreanos por Japón. Además, las "ajumas" (señoras casadas coreanas) se distinguen de una hora lejos. Volviendo al tema, a la izquierda tenéis la Minami Shinmon (Puerta del Sur), que conduce al patio exterior del Santuario. Destaca la sencillez de las construcciones, totalmente de madera, con todos los tejados en curva, siguiendo el estilo shintoísta "shinmei". Abajo tenemos a Elia y Raúl posando frente a la entrada principal del Templo. Aviso: la entrada a la parte central del Templo está prohibida, y sólo dejan echar fotos a una determinada distancia, siendo imposible encuadrarlo bien, pero la espiritualidad que se respira sólo por estar presente en ese lugar es indescriptible. Salimos en paz con nosotros mismos y pitando, porque estaban cerrando ya y nos echaban! Al salir fuimos a frikear mangas a una tienda que Elia y Raúl ya le habían echado el ojo. No me acuerdo de las horas que estuvimos allí, yo estaba que me caía, había visto la tienda 10 veces, mientras que ellos estaban en un estado de excitación con los videojuegos de la play y los mangas q es díficil de explicar. Eché una fotillo en la tienda, aunque a través de ella uno no puede hacerse a la idea lo grande que es (2 pisos a rebosar). De ahí salimos cargadísimos! Raúl sin darse cuenta llenó dos bolsas entre mangas y videojuegos, y Elia por un estilo. Yo también compré algo... musiquilla y alguna peli, na, yo soy friki en otras cosas, que no voy a explicar ahora porque no viene al caso :P Pues nada, con todo el tema llegábamos a nuestra última visita del primer largo y agotador día en Tokyo: Shibuya. Impresionante. El barrio de Shibuya engloba la idea que generalmente se tiene de Tokyo, calles atestadas de gente, pantallas gigantes de televisión en cada esquina, trenes que pasan por encima de restaurantes (tomamos unos "udon" en un bar que vibraba cada vez q pasaba el tren. Luego descubrimos que pasaba POR ENCIMA del mismo bar!), etc... vamos, abiente de lujo. Después de mantener la boca abierta un buen rato observando todo aquel ajetreo (creo que ya lo he comentado antes, pero va bien recordarlo: ojo con los atropellos. Prohibido quedarse plantado en medio de la calle, o sufres el peligro de verte arrollado por la marabunta de gente que no para) nos dejamos llevar por el mogollón. Lo que nos llamó muuucho la atención fueron las llamadas "gals". Las "gals" son una tribu urbana japonesa real que se caracteriza porque las chicas de esa tribu siempre van a la ultimísima moda japonesa, algunas bastante excéntricas, calzando altísimas plataformas (aunque en la actualidad no tanto), ropa vistosa y en su mayoría el pelo teñido (recordar que en Japón no llevar el pelo negro está muy mal visto), las cuales no gozan del visto bueno de la sociedad Japonesa. Algunas de estas Gals se prostituyen para conseguir dinero para continuar estando a la moda, y en muchas ocasiones son increpadas por los adultos que gustan de sus servicios. Otras se dedican al Burusera, o venta de su ropa interior usada (anteriormente en Japón existían máquinas expendedoras de estas prendas). Pues na, gracias wikipedia. Añado que algunas asustaban de lo maquilladas que iban. Aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Con eso lo digo todo. Bueno, continuando con la explicación, otra cosa que nos llamó la atención es la cantidad de salas de "pachinko" que hay. Por si hay algún despistadillo que no sabe lo que es, el pachinko es un juego parecido a un pinball, pero sin palanquitas. Para jugar hay que comprar bolas de acero e ir metiéndolas en la maquinita para ir ganando más. Luego éstas se intercambian por un premio (mecheros, cigarros, juguetes, Cds, caramelos...), nunca por dinero, ya que es ilegal (en Japón están prohibidas las maquinas tragaperras). Hay trampa, porque las bolitas también pueden cambiarse por unas fichas que, a su vez, se cambian por por pasta en una tiendecilla situada estratégicamente y "por coincidencia" al lado de la sala de pachinko. Se dice que las mafias Yakuza controlan estos establecimientos... vaya miedo. La verdad es que me quedé con las ganas de entrar a alguno, aunque me daba cosa... Preferimos acercarnos a la amable figura de Hachiko, estatua homenaje a un perro que, después de la muerte de su dueño, le estuvo esperando más de 10 años. Es un lugar típico para quedar, al estilo del Zurich en Barcelona. Poz na, después de hacerle una visitica a nuestro compi canino decidimos que por hoy ya era suficiente y que mañana sería otro día.
Apa, tercer día en el "país del sol naciente". Hoy tocaba la Torre de Tokyo, el Palacio Imperial, el Edificio de la Dieta (que no es donde uno mantiene a ralla su figura :P), el controvertido Templo de Yasukuni y, de nuevo, el Edificio del Gobierno Provincial de Tokyo, para disfrutar de la vista nocturna de la gran ciudad. Aunque parezca mentira, conseguimos hacer todo lo planeado! Increíble. Bueno, el día no empezó nada bien (para mí). Al llegar a la Torre de Tokyo me doy cuenta que me he dejado la cámara de fotos. Mecawenlaleche! Ya sabéis los que me conocéis que la cámara de fotos es como mi riñón o como una protuberancia de mi mano. Na, con toda la tranquilidad del mundo y sin teléfonos móviles ni nada, quedo con Elia y Raúl en 1 hora y media frente a un Hotel que estaba enfrente de la entrada del Palacio Imperial y decido perderme la Torre de Tokyo (na, simplemente era la excusa perfecta para poder volver a Japón en otra ocasión y poderla visitar :P). Pues nada, con un par de webs me encuentro solo en Tokyo, haciendo mis transbordos en el metro y llegando sin problemas al albergue, dónde me percato que, efectivamente, la p+ta cámara se encuentra tranquilamente estirada en mi cama, con la faena que tiene!). Después de salir del albergue me dispongo a ir al megahotel este, con el tiempo un poco justo. Primer problema: en cada estación de metro hay una media de 4 salidas (norte, sur, este y oeste) y en cada salida el mapa de la zona está orientado a su manera, con lo que perderse resulta facilísimo. Después de preguntar a más de 4 personas (en japo, claro, y la mitad sin saber ande coño estaba este hotel, siendo de los más importantes de Tokyo, sospechoso todo ello...) se me ocurre pillar un taxi a falta de tiempo. Me asusto, ya que nada más subir el taxímetro marca 600 Yenes (600 pelas!!). Después de decir la dirección deseada al taxista, el tio me dice que está cerca, pero no a 1 minuto caminando! El cabronazo se rie ante mi cara sorprendida, no pasando más de 30 segundos sentado en su taxi, mientras le pago sus putos yenes. Encima, el tio me deja en la entrada del hotel, donde me esperan 2 botones para abrirme la puerta. Como si me alojara en ese hotel, no te jode. Tengo cara de que me sobre la pasta o que? Con el cabreo que llevaba encima, para más inri, Elia y Raúl no están. Pasan 10 minutos de la hora convenida y me veo visitando Tokyo solo. Se me abrió el cielo cuando los ví, nunca los había echado tanto de menos. Na, reunida ya la família proseguimos con el planning del día: el Palacio Imperial. Ah, arriba tenéis unas fotos de la Torre de Tokyo que hizo Raúl, y de un templito precioso que estaba muy escondido y lo encontraron por casualidad. Fue una de los lugares que más impactó a Elia, por su belleza, sencillez y la paz que se respiraba entre tanto edificiaco futurista. En cuanto a la Torre de Tokyo, cabe decir que fue construída en 1958, a imagen y semejanza de la Torre Eiffel, aunque mide un poco más, 333 metros. Se puede subir para observar la ciudad, pero hay que pagar, por eso os recomiendo ir al edificio del Gobierno Provincial, que es gratis. Bueno, retomo el tema. Después del feliz reencuentro fuimos bordeando lo que es el recinto del Palacio Imperial buscando la puñetera entrada. Después de intentar meternos por la entrada de grupos, un poli japo nos dice en japo que la entrada individial está más para abajo, por lo que, con el estómago vacío y sin haber un puto Yoshinoya o similar por los alrededores, nos dejamos llevar por nuestras piernas, haciendo algun descansillo de otro para recordarnos el hambre que teníamos. Por fin encontramos la puerta de entrada al Palacio. Pero claro, se vé que sólo está abierto 2 dias al año (el 23 de diciembre, cumpleaños del Emperador, y el 2 de enero, año nuevo). Nos limitamos a hacernos unas fotillos ante el vigilado acceso principal con una "miajica" del castillo asomándose por detrás. Os explico un poquillo la historia del castillo, vale? En 1590 Ieyasu, el primer shogun del clan Tokugawa, mandó edificar en este terreno su castillo. Durante todo el periodo Edo se fue ampliando progresivamente hasta llegar a ser el más grande del mundo. Como tantas otras bellezas, debido a los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial fue totalmente destruído y en 1968 se reconstruyó con el mismo estilo. El Emperador y su família todavía siguen viviendo en el Palacio. Pos na, como no podíamos pasar a petar la xerradeta con ellos, nos conformamos con visitar los Jardines del ala oriental (con lo grande que era éso vete a saber ande paraban). Continuamos nuestra caminata bordeando el Palacio y topamos con el puente de piedra Nijubashi. Construído en 1888 constituye otra de las entradas al Palacio. Lo tenéis justo en la fotillo de al lado. Por fin encontramos la condenada entrada al jardín, que resultaría una auténtica belleza. Pese a haber pasado ya la temporada del "Tanpung" (el enrojecimiento de las hojas de los árboles en otoño) todavía quedaba algún árbol que se resistía a desprenderse de su precioso vestido y lo seguía luciendo ante el asombro de turistas y todo aquell que quisiera alegrarse la vista. El Jardín, pese a estar en pleno centro de Tokyo y rodeado de megaedificios era un auténtico remanso de paz y tranquilidad, donde patos y demás aves chapoteaban ajenos al caos de detrás del muro. Si fuese pato me mudaría a este jardín. En la foto de abajo tenemos a Elia super relajada, absorta, pensando en vete-tu-a-saber qué (quizá en la magia que despierta ese jardín, o en cómo cocinará los gigantes peces que se revolucionan al ver pasar a gente a su vera...). A la izquierda podéis ver una preciosa Casa de Té, especialmente dedicada a la Ceremonia del Té, que es una costumbre social y estética característica del Japón. En ella reina, entre los invitados y el anfitrión, la paz, la consideración, la pureza y la calma espiritual. Una casa de té tradicional consta de una sala de ceremonias propiamente dicha, una sala para los preparativos, una sala de espera y un camino de acceso flanqueado por un jardín, que acaba en la puerta de la casa de té, que puede verse en la foto de arriba.

Comentarios:
Hola Edu, jejeje
soc el Ruben (vam coincidir a un sopar amb koreans -casualidad- abans que piressis) i amb sort seguire els teus passets l'any ke ve cap a korea! (de moment fent tandems i classes amb Mihwa.

Be, nomes volia dir-te ke desde barna es segueix el teu blog amb molt interes, ja que el Guille i companyia estan algo perros. Com a minim tu t'ho curres, i mooolt!.

Me n'alegro que t'hagi agradat tant Japolandia, jo m'hi vaig enamorar...es un lloc especial, o l'odies o t'enamores, jejeje... o sigui ke espero ke tornis per alla i m'explikis si el meu Tokio ha cambiat molt..., em sembla que ja no el reconeixeria!!

Molta sort en l'aventura koreana, l'any ke ve em tocara a mi fer el blog, de moment estic practicant amb un de mes intim... jejeje, per escalfar.

un abrazo company, ke vaya bonito!!
 
Hola Ruben!! Gràcies pel missatge!! Em fa molta il.lusió que aneu llegint el blog, tot i les parrafades inacabables que hi vaig escrivint. Et desitjo tota la sort del món en la teva futura estada per aquí; ja anirem xerrant. Hwaiting!
Una abraçada!
 
Hola xiquet!

Com va? Sóc la Natàlia. Ja tenia ganes de saber què havieu fet per Japó a part d'anar al partit ^_^ Ua, quina enveja! M'has fet recordar d'aquest estiu! Veu arribar a veure el mar desde Yokohama? (a part de des de dalt de la Landmark Towe. Q per cert, sí q és "imprescindible" pujar, però no ho vaig fer pq ho trobava massa car i... em vai gastar els diners en una supermadalena de la cafeteria d'abaix :-P)

I la zona de l'alberg molt bé,no? No veu visitar més cosetes d'Asakusa? Veu passar pel carrer ple de tendetes per turistes i per la Porta del Tro? O no veu tenir temps?

Bueno pos res, no et molesto més amb preguntes anyoradisses...Però, quan tinguis foradets de temps segueix escrivint el blog que és molt divertit! Ganbare! Fight!

Natàlia
 
Hola Natalia! (Primer de tot disculpa'm per l'absencia d'accents, ja que tots els ordinadors de la biblio tenen teclat corea)Doncs al Japo vam fer moltes coses, el que passa es que no puc explicar-ho tot el mateix dia. Ara mateix nomes porto explicat el primer dia :P (de 6!). Vull explicar pas a pas tot allo que vam fer i els llocs on vam anar, abans que se m'oblidi (ja sabeu els que em coneixeu que la meva memoria es limitada: be, per segons quines coses :P) Ara torno a anar bastant de cul amb les classes, es per aixo que fa uns dies q no actualitzo la web. Quan tingui un moment continuare l'explicacio, Natalia. Queden moltissimes coses: Asakusa a fons (Senso-ji, Kaminarimon), Shibuya, Shinjuku, Temple Meiji, Yasukuni (q lokos), Akihabara, Palau Imperial... Pero no puc redactar-ho tot d'una tirada, ja que em saltaria molts detalls. Be, vaig a estudiar una mica i despres a classe de caligrafia, amb L'Elia. Un petonas!! Records!
 
Jodío, si actualizas los posts antiguos en vez de hacer nuevos no hay manera de enterarse de cuando pones cosas nuevas.

Por otra parte, es cierto que los japoneses parecen tener un mecanismo en el cerebro que les impide aceptar la realidad cuando un occidental les habla en su idioma. Yo desde luego ya voy a dejar de intentar hablarle a un japonés que esté de turismo por Barcelona. Creo que esto sucede para evitar el posible estado de shock que les pueda ocasionar el ver a un no-japonés hablando japonés. Es como cuando en Regreso al futuro se encuentran con su yo del pasado.

Se dice que la crisis de los 90 se produjo porque a un incauto turista se le ocurrió ponerse a hablar japonés en pleno centro de Tokyo. Las autoridades lo han mantenido en secreto desde entonces.

Pero o me hagas caso porque no es mentira que es verdad.
 
なんじゃこりゃ(╬☉д⊙)
ふふふ(o'ω^o)日本だぁ(・ิω・ิ)プロミスだ!まつきよだぁぁぁ♪♪ぷぷぷぷぷ(。→ˇ艸←)
私も東京、あんまり行ったことないのにぃ・・・・
ねね、てゆか、がちゃがちゃの彼、お○くみたい・・・・・(ಠ益ಠ) 
 
明日香산!! 똑바로 번역 해라!! 일본어로 쓰면 안되! 영어로 어때? jijiji! 그래, 농담이야 ふふふ 한국어도 괜찮아! 언재 술집에서 일하는 친구를 다시 만날거야? 메시지를 받았냐? ふふふ 나 도와줄덴데 걱정 하지마! :P
내일 봐! Au pos!
 
에듀~~!!

윤종신을 닮은 당신~~!!

윤종신 ㅡ 너에게 간다.

노래 좋아요~~!!!

오늘 즐거웠어요~~!!!
 
Hola Edu! sóc la Conxi d'Ha. Que sàpigues que estic morta d'enveja!!!!!

M'alegro moltíssim que hagis pogut visitar Japó, segur que tindràs mil coses per explicar-nos en els sopars que vindran...

Ptons.

Conxi
 
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