16 septiembre 2006
Aquí tenemos la fotillo de mi distendida conversación con la fauna coreana. Durante el viaje pasamos por Seúl. Os adjunto también una fotillo de los megaedificiacos que se pueden observar y lo inacabable que parece esta ciudad. Hombre, para albergar 11 millones de personas no está nada mal.
Después de dejar atrás la populosa capital olímpica y, tras una agradable siesta en el autocar, nos esperaba la calurosa recibida de Boni y Gayo. Con ellas estaba también la representante de la universidad de Jeonju que, amablemente, nos llevaría nuestras maletas en su "espacioso" Fiat 1 (aún no sé cómo nos lo hicimos para que cupiesen todas). De mientras nosotros nos perdíamos por las colapsadas calles de Jeonju en taxi. En un ratillo largo llegamos fi
nalmente a nuestro ansiado destino: la universidad de Jeonju, lugar de animación y música perpetua donde si te aburres es que eres un bicho raro. Aquí adjunto una fotillo con la residencia detrás.
La de Elia está justamente al lado, pero los chicos tienen permamentemente vetado el acceso a la residencia femenina. "Mira, la tradición", me responden los coreanos cuando pregunto porqué. Es muy curioso porque en el aspecto tecnológico Corea del Sur está a años luz de España: móviles inimaginables con TV, pantallas de televisión con una calidad insuperable, ... En cambio, la tradición confuciana pesa mucho, y eso se observa en cada esquina. La edad es la que prima, todas las relaciones sociales vienen determinadas por el año de nacimiento, que marca las pautas lingüísticas de los coreanos. Bueno, yo lo califico como un atraso, aunque los coreanos con los que he hablado lo ven normal. Quizás lo es, o no... Ante todo, lo importante es el respeto que hay que mostrar ante la cultura milenaria coreana. Luego cada uno que piense lo que quiera.
